Explicación científica de los cuencos tibetanos
Los cuencos tibetanos no son instrumentos musicales al uso, ya que no dependen de ninguna forma de sonido amplificado. En cambio, utilizan vibraciones que se propagan a través de un medio, como la voz humana, que también es prácticamente una vibración. En este post te vamos a dar la explicación científica de los cuencos tibetanos y por qué son capaces de emitir vibraciones y sonidos que pueden ser relajantes y terapéuticos.
Estos tazones están formados por una gran copa en forma de cuenco, de madera o bronce, y un cilindro hueco en su interior. El tono se crea por la vibración del aire en el interior del cuenco, que se pone a vibrar al frotarlo con un percutor de madera que se asemeja a una cuchara.
El cuenco tibetano es un instrumento de percusión profundo y metálico. Consiste en un cuenco con forma de copa, abierto en la parte superior y fabricado con algún tipo de metal (comúnmente bronce), que se puede golpear con un mazo acolchado para producir un sonido que resuena dentro del cuerpo del cuenco debido a que es una excelente cámara acústica.
Están disponibles en diferentes tamaños y pueden afinarse en determinadas escalas musicales. Producen un sonido parecido al de una campana cuando se golpea suavemente con un percutor de madera o metal.
Tradicionalmente, los cuencos se fabricaban con dos tipos de metales, cobre y bronce. El cobre era un metal más fácil de manipular a la hora de fundirlo, por lo que resultaba más sencillo crear el sonido deseado. Sin embargo, el cobre puede romperse en condiciones de tensión porque es más blando que otros metales como el bronce. Ambos metales se utilizaban porque se creía que producían sonidos diferentes al vibrar. Esta creencia ha llevado a mucha gente a pensar que los cuencos tibetanos están afinados en ciertos tonos (fa sostenido, etc.), pero en realidad están afinados en notas basadas en su tamaño.
LA CIENCIA DETRÁS DE LOS CUENCOS TIBETANOS
La ciencia detrás de los cuencos tibetanos es el estudio de la resonancia y la vibración. Cuando se toca un cuenco tibetano con un martillo especialmente diseñado, se produce una vibración que se extiende por todo el cuenco y se expande a través del aire. Esta vibración se puede sentir cuando se coloca una mano cerca del cuenco o cuando se escucha su sonido.
La resonancia es la capacidad de un objeto o un sistema para vibrar con una frecuencia específica cuando se le somete a una fuerza externa. Los cuencos tibetanos están diseñados de manera específica para producir una resonancia en una frecuencia determinada. Cuando se tocan con el martillo adecuado, vibran a una frecuencia que se cree que tiene propiedades terapéuticas.
La ciencia también ha demostrado que el sonido y la vibración tienen efectos positivos en el cuerpo humano. El sonido y la vibración pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, y a promover la relajación y el bienestar. Además, la resonancia y la vibración tienen un efecto en el sistema nervioso, el sistema endocrino y el sistema inmunológico, lo que puede contribuir a una mejor salud en general.
LA RESONANCIA MECÁNICA DEL CUENCO TIBETANO
Científicamente, esto se conoce como resonancia mecánica del cuenco y el percutor. El percutor tiene una frecuencia que, cuando se golpea en el lugar adecuado, provoca vibraciones en el interior de la cazoleta y da lugar a un tono cantarín.
El tono de un cuenco tibetano se crea cuando las diferentes frecuencias del cuenco interactúan entre sí, formando un nuevo sonido. Esto ocurre cuando se golpea el borde del cuenco en una frecuencia determinada. Cuando el percutor se golpea contra el borde de la cazoleta, produce una nota que resuena en su interior, que también vibra y produce un sonido. Por esta razón, se denomina resonador.
La longitud del sonido vibratorio producido de esta manera viene determinada por las dimensiones y, por lo tanto, por el tamaño del cuenco; medias notas para los cuencos más pequeños (4"-6") y notas enteras para los cuencos más grandes (7"-10").
Su frecuencia de resonancia puede ajustarse añadiendo diferentes cantidades de agua al cuenco. Algunos pueden tener una vibración de 1 o 2 segundos, mientras que otros vibrarán más tiempo. Colocar gemas dentro de tu cuenco cambiará el tono añadiendo otra capa de posibilidades de sonido.
La acústica del cuenco y el percutor se basa en simples principios de la física, según los cuales existe un cuenco con la frecuencia de resonancia a la que vibra naturalmente.
Hay varias razones por las que se crean diferentes tonos al golpear el cuenco. Por ejemplo, una de las razones para que un tono sea alto se debe al grosor de la cazoleta misma. Si es demasiado gruesa, entonces crea un tono alto. Otra razón para que un sonido sea alto es el uso de un percutor demasiado grande, que también hace contacto con el interior de la cazoleta y crea una especie de sonido astillado.
El objetivo básico del cuenco es crear un sonido puro con fines de meditación, disfrute y autocuración. No se trata de imitar el sonido que se produce en la naturaleza, sino de agitar el alma y favorecer la paz mental.
Es por ello que los cuencos tibetanos se siguen utilizando en la meditación y pueden ayudar a reducir la presión arterial, aliviar el estrés, la ansiedad y la depresión.
Muchas personas dicen que pueden poner su mente en un estado de trance simplemente escuchando los tonos resonantes de estos antiguos instrumentos.
Explicación científica de la terapia de sonido
Toda terapia basada en el sonido se fundamenta en el principio de resonancia, por el cual una vibración más intensa y armónica contagia a otra más débil, disonante o no saludable.
El principio de resonancia establece la capacidad que tiene la vibración de llegar más allá, a través de las ondas vibratorias y provocar una vibración similar en otro cuerpo; esto es, la capacidad que tiene una frecuencia de modificar a otra frecuencia.
Cada vez que se produce un sonido aparecen los armónicos, que tienen efectos altamente beneficiosos sobre nuestro cuerpo y sobre nuestro campo energético.
Está científicamente demostrado que el sonido modifica nuestras ondas cerebrales, ayudándonos a alcanzar otros niveles de conciencia, haciéndonos más receptivos a la autosanación. Pero ojo, aunque infrecuentes y poco conocidos, los cuencos tibetanos también pueden tener efectos secundarios.
Según el gran maestro bodhisattva tibetano Gwalwa Karmaza, los cuencos tibetanos emiten el sonido del vacío, que es el sonido del universo manifestándose.
No en vano, se dice que el sonido del cuenco tibetano transforma nuestra vibración en un estado de felicidad, compasión y claridad. No necesitas más explicaciones científicas. ¿A qué estás esperando a probarlo?