Los cuencos tibetanos se han utilizado durante siglos en el yoga y la meditación para aportar efectos terapéuticos a la mente y al cuerpo. Aunque menos conocido, también sirven para atraer el amor, reducir el estrés y aportar una atmósfera tranquilizadora.
Estos cuencos cantores se utilizan para aromatizar cualquier ambiente y brindan la oportunidad de atraer el amor que deseas. Con una concentración constante, vibran y producen un tono que masajea el alma.
La sintonización de tus campos energéticos te hará más vibrantemente atractivo y más poderoso en tu vida personal, y permitirá a los demás disfrutar de lo mejor de ti. Y es que cuando se golpea la parte metálica del cuenco, se crea un sonido resonante que calma el alma y trae amor a la vida.
La resonancia y la claridad tonal de los cuencos tibetanos se han utilizado durante siglos para lograr el despertar espiritual. Son la forma más pura de meditación budista, y actualmente gozan de popularidad en todo el mundo debido a sus propiedades curativas naturales.
Los cuencos tibetanos son un recordatorio del valor de la vida y están elaborados con siglos de experiencia y tiempo. Además, nos ayudan a acceder a estados superiores de conciencia, a aquietar la mente, a tomar decisiones trascendentales, a aumentar la concentración, a inducir a la paz y tranquilidad, a sanar el alma, a restaurar el equilibrio en un mundo caótico a través del sonido y a transformar la energía negativa personal en amor y compasión.
Poseer un cuenco tibetano añade una dimensión sorprendente a tu hogar. Los entusiastas de los jardines zen incorporan cuencos cantores en sus arreglos de plantas para acentuar la tranquilidad. Porque tienen la capacidad de crear paz y felicidad, los puedes usar para atraer energía positiva y amor a tu vida.
Los cuencos tibetanos son el producto preferido para invitar al amor.
Hazle saber a tu amado o amada lo mucho que te importa con un exquisito cuenco tibetano, y prueba a tocarlo durante la noche en casa o en tu sala de meditación para conseguir un increíble efecto sonoro.