Si eres amante de los cuencos tibetanos, es posible que hayas notado que, en ocasiones, tu cuenco deja de sonar. Esto puede ser frustrante, ya que los cuencos tibetanos se utilizan en meditación y ceremonias espirituales para producir un sonido relajante y armonioso. Afortunadamente, hay varias razones comunes por las que un cuenco tibetano puede dejar de sonar, y algunas de ellas pueden ser fácilmente corregidas.

Una de las principales razones por las que un cuenco tibetano deja de sonar es que no tiene suficiente agua. Los cuencos tibetanos se suenan llenándolos parcialmente con agua y luego golpeándolos con una varilla de metal especialmente diseñada para hacer sonar el cuenco. Si el cuenco no tiene suficiente agua, es posible que no produzca el sonido deseado.

Otra posible razón por la que un cuenco tibetano puede dejar de sonar es que se haya agrietado o dañado de alguna manera. Los cuencos tibetanos están hechos de metal y, como cualquier otro objeto de metal, pueden agrietarse o deformarse con el tiempo. Si esto ocurre, es posible que el cuenco ya no produzca el sonido deseado.

Si el cuenco tibetano que utilizas es viejo o ha sido utilizado mucho, es posible que simplemente se haya desgastado. Con el tiempo, el metal del cuenco puede perder su capacidad de producir el sonido deseado. En este caso, es posible que necesites adquirir un nuevo cuenco tibetano.

VIBRACIÓN Y RESONANCIA

Un cuenco tibetano es un tipo especial de campana, generalmente de metal. Su superficie interior forma una cavidad cóncava que posee fuertes nodos vibratorios.

Los cuencos tibetanos sanadores se han utilizado durante más de 1000 años como herramientas de meditación en monasterios y centros de meditación. El movimiento oscilante del cuenco permite tocarlo golpeándolo con un mazo de madera, una vara de bambú o una cuerda atada al propio cuenco.

Los cuencos tibetanos producen sus encantadores tonos mediante la vibración de un rotor y la resonancia del cuenco. La velocidad de oscilación es un aspecto crítico en la producción del tono de canto y, dado que todo en este universo vibra, desde el átomo más pequeño hasta la galaxia más grande, cada persona con un cuenco tibetano está contribuyendo en realidad a toda una sinfonía.

El cuenco desempeña un papel fundamental en la música tibetana, que se utiliza con fines ceremoniales y rituales. Cuando se golpea, produce un sonido resonante que se intensifica a medida que las vibraciones continúan. Los cuencos se golpean con batidores de madera fabricados con el tronco del árbol Bodhi, que es sagrado en el budismo y se dice que alberga espíritus que traen buena suerte y amor.

Al fabricar un cuenco tibetano, se coloca en su interior un anillo sonoro a juego. Este proceso crea una onda estacionaria en el cuenco que hace que el anillo vibre a su frecuencia de resonancia.

El sonido único y etéreo de cada cuenco se debe a la forma en que se fabrica. Primero se da forma a un cuenco de arcilla sobre un molde y se deja secar. A continuación, se presiona sobre la arcilla seca una cúpula metálica y un anillo decorativo de latón, llamado "anillo de susurro". Posteriormente se funde un tapón de plomo en un orificio del centro del anillo, que sella de forma permanente tanto el cuenco como el anillo susurrante. En el interior de cada cuenco hay una cuenta hueca que recoge las vibraciones cuando se golpea el cuenco. La superficie interior de la cámara de anillamiento está recubierta de discos de bronce muy finos. Estos discos transfieren la energía a su cuenco de canto y hacen que vibre completamente, en lugar de sólo tocar en su borde o en los lados.

Cuando se emite un sonido agudo en un espacio cerrado, se crea y acumula energía. El sonido rebota entonces en las paredes de la habitación. Esta vibración se conoce como resonancia.

Hay muchas teorías acerca de por qué el sonido de los cuencos tibetanos se mantiene a diferencia de otros tipos de cuencos o gongs, y por qué no se silencian después de producir el sonido. Una de las teorías es que la forma del cuenco cambia gradualmente mientras vibra, embotando el filo, lo que hace más difícil o imposible que vuelva a oscilar de la misma manera.

Según otra teoría, el borde del cuenco actúa como un amortiguador líquido casi imperceptible, después de ser golpeado y antes de que las vibraciones se extingan. Este amortiguador afecta a la capacidad de producir armónicos de alta frecuencia, lo que hace más difícil que un segundo golpe resuene con una frecuencia armónica.

CAUSAS DE QUE UN CUENCO TIBETANO DEJE DE SONAR

Cuando un cuenco tibetano se vuelve silencioso, no es una indicación de que haya un problema con el cuenco o su acabado. De hecho, es completamente normal. Hay varias razones por las que un cuenco deja de sonar, como los cambios de temperatura y humedad, o las perturbaciones electromagnéticas. Escuchar el sonido de tu cuenco te ayudará a conocer las causas de estos cambios en el sonido y a realizar los ajustes necesarios para que siga cantando.

La causa más habitual de que no suene tu cuenco tibetano es que lo hayas lavado con agua y jabón y que se haya quedado una capa de jabón en la superficie. De este modo, la baqueta resbala sobre el cuenco y no logra hacerlo cantar.

Trucos caseros

Para devolverle su sonido original puedes aplicar estos sencillos trucos caseros:

  • Con las manos limpias, frota primero el cuero de la baqueta y a continuación frota con suavidad el cuenco con tus manos durante unos minutos sobre la cara interna y externa.
  • Utiliza una goma de borrar y pásala por toda la superficie del cuenco, tratando de eliminar la pátina de jabón que se haya quedado adherida. También puedes utilizar una malla de plástico de las que se emplean en la cocina para dejar escurrir la vajilla, y frotarla sobre el cuenco.
  • Para evitar impurezas frota con un paño de microfibra los bordes. Puedes combinar esta técnica con las anteriores.
  • Otra opción, sin usar líquidos, es limpiar el cuenco con gamuzas especiales que no dañen los metales, de bronce o de esparto pulido.

CÓMO LIMPIAR UN CUENCO TIBETANO

Cómo limpiar un cuenco tibetanoLimpiar un cuenco tibetano es sencillo y fácil si sabes cómo hacerlo. Dado que estos instrumentos contienen hierro de forma natural, deben cuidarse para evitar que se oxiden y se agrieten.

Por lo general, se utiliza agua para limpiarlo después de cada uso. Limpia el cuenco con agua tibia y un jabón suave. Nunca utilices nada afilado o abrasivo para fregar el cuenco. Tampoco lo limpies en el lavavajillas ni lo sumerjas en agua caliente. Un cepillo suave, un paño húmedo y algo de paciencia suele ser todo lo que se necesita.

Otra buena idea es frotar la superficie con limón. También pueden utilizarse otros cítricos como la naranja o el vinagre de manzana. Luego hay que dejarlo reposar por la noche.

Asimismo, ten en cuenta que debes mantenerlo alejado del sol, del calor y del frío extremos, y del contacto directo con productos químicos como perfumes o bolígrafos de colores.

En resumen, si tu cuenco tibetano deja de sonar, puede ser porque no tiene suficiente agua, se ha agrietado o dañado, o simplemente se ha desgastado con el uso. Si experimentas este problema, intenta asegurarte de que el cuenco tenga suficiente agua y examina cuidadosamente el cuenco en busca de grietas o deformaciones. Si el cuenco sigue sin sonar, es posible que necesites adquirir uno nuevo.  Aquí puedes comprar cuencos tibetanos online.

Un comentario

  1. Hola
    Agua? No uso agua con mi cuenco. Nadie me lo ha recomendado. No quiero dañarlo. No lo he limpiado nunca. Lo acabo de comprar hace unos días

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